Las seis señales menos conocidas de deshidratación
Los efectos pueden variar desde una simple sed hasta consecuencias más severas como convulsiones o shock hipovolémico.
Beber líquidos es una de nuestras necesidades fisiológicas básicas; sin embargo muchas veces cuando tenemos sed no hacemos caso al pedido de nuestro cuerpo y terminamos afectando su funcionamiento normal.
La deshidratación es un estado crítico que puede afectar a cualquier persona y se produce cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere, afectando su equilibrio de electrolitos como sodio, magnesio y potasio, necesarios para respirar, moverse, hablar y mantener el cuerpo en funcionamiento. Los efectos de la deshidratación pueden variar desde una simple sed hasta consecuencias más severas como convulsiones o shock hipovolémico.
Factores de riesgo: Ciertas condiciones de salud, incluida la diabetes, pueden aumentar el riesgo de deshidratación. Si se ha estado sudando excesivamente debido al calor o al esfuerzo físico, orinando con frecuencia, o vomitando o con diarrea, es especialmente importante prestar a tención a reponer el agua en el cuerpo. Las personas de mediana edad o ancianos pueden correr un riesgo mayor de sufrir complicaciones por deshidratación.
La sensación de sed es el resultado de un proceso fisiológico complejo que pretende ser una advertencia de que se está deshidratado. Pero también hay otros signos menos conocidos de que nuestro cuerpo necesita líquidos:
2. Piel seca o enrojecida: La piel puede volverse muy seca o enrojecida a medida que se pasa por las diversas etapas de deshidratación. Otro síntoma clave relacionado con la piel es la pérdida de elasticidad, según MedlinePlus. La piel “acampada” tras ser pellizcada y que tarda en volver a su posición normal es un signo de deshidratación.
3. Calambres musculares: Cuando el cuerpo pierde suficiente líquido, no puede enfriarse adecuadamente, lo que provoca enfermedades por calor. Un síntoma claro son los calambres musculares, especialmente durante el ejercicio en climas cálidos.
4. Fiebre y escalofríos: La sudoración excesiva combinada con una sensación de piel fría al tacto pueden ser signos de agotamiento por calor. La fiebre puede empeorar la deshidratación, y es importante rehidratarse y buscar atención médica si es necesario.
5. Antojos de comida: Cuando estás deshidratado, tu cuerpo puede tener dificultades para descomponer el glucógeno en glucosa, lo que puede causar antojos, especialmente de dulces. “Puedes sentir antojos de comida porque tu cuerpo no puede liberar fácilmente glucosa almacenada”, dice el Dr. Higgins.